Publicado el día 04-10-2017.

 

Mar del Plata Solidario Cine Debate

Mar del Plata Solidario, Cine Debate “El Faro de Las Orcas” con la Presencia de Roberto Bubas

MAR DEL PLATA SOLIDARIO
CINE DEBATE A BENEFICIO DE FUNDAMI (Fundación Materno Infantil)
MARTES 24 DE OCTUBRE 18.hs
MUSEO MAR (Museo de Arte Contemporáneo) López de Gomara y Félix U. Camet
PELÍCULA “El Faro De Las Orcas” Con la Participación de ROBERTO BUBAS escritor del libro “Agustín Corazón abierto”, historia en la que se basa la película.

ENTRADA: UN PAQUETE DE PAÑALES

Próximamente, en la ciudad de Mar Del Plata, se llevara a Cabo la proyección de la película “El faro de las Orcas. Por primera vez en la ciudad, la proyección será acompañada por el escritor de la Historia, Roberto Bubas, quien ofrecerá una charla debate sobre el tema del autismo en relación a la historia de la película.

El evento se realizará sin fines de lucro, con el objetivo de beneficiar a FUNDAMI (Fundación Materno Infantil) institución de bien público. La entrada será un paquete de pañales.

La película está dirigida al público en general, niños, jóvenes, toda la familia, parejas, hombres, mujeres, docentes, profesionales de la salud etc.

A todos aquellos que quieran colaborar, los invitamos a sumarse a esta iniciativa de “MAR DEL PLATA SOLIDARIO, CINE DEBATE ”.

Muchas Gracias! Los esperamos!

Romina García.
Eventos de Conciencia.
www.romigarcia.com
info@romigarcia.com
Tel: +54 223 688 2833
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Sobre Roberto Bubas

Guardafauna Principal e Investigador en Orcas, Área Natural Protegida Península Valdés Chubut Patagonia Argentina



Orcas del Chubut: patrimonio natural y cultural

Las orcas son, sin duda, los animales más inteligentes, carismáticos y poderosos del océano, que poseen estructuras sociales complejas y una sorprendente capacidad de adaptación a las cambiantes condiciones del ambiente marino.

Las diferentes poblaciones de orcas alrededor del mundo presentan patrones de comportamiento que responden a la dinámica de los recursos que se han especializado en explotar, y sus estrategias de alimentación constituyen verdaderas tradiciones culturales que son transmitidas de generación en generación.

En muchas regiones del planeta las poblaciones locales de orcas han desarrollado admirables métodos de cacería que revelan un alto grado de inteligencia y capacidad adaptativa a las variaciones del medio, de modo que casi podría decirse que siempre que exista una fuente de alimento desarrollándose en el mar, existirá una población de orcas especializada en explotarla. En aguas costeras del océano Pacífico Norte, por ejemplo, las orcas aprovechan las características del fondo marino y las corrientes para cazar salmones. Otra población que habita las aguas de Noruega se ha especializado en cazar arenques con un particular método cooperativo de acorralamiento de los cardúmenes contra la superficie. Pero son las orcas de la Patagonia Norte, particularmente las residentes de Península Valdés, en la provincia argentina del Chubut, las que ostentan la estrategia de alimentación más espectacular y especializada de todas: el varamiento intencional sobre la playa para capturar lobos y elefantes marinos.

El dominio de esta técnica requiere de una prolongada instrucción a los juveniles por parte de los ejemplares adultos, y las principales conclusiones de mi estudio estriban en el hecho de que este notable comportamiento de caza es realizado solamente por siete orcas de la población, y que sólo cinco de ellas son las educadoras responsables de la transmisión a la progenie de esta cultura de alimentación única en el planeta. Por esta razón, las orcas del Chubut constituyen indudablemente un patrimonio natural y cultural que debe ser protegido y preservado.

En la presente publicación he intentado hacer un aporte inicial al conocimiento de estas orcas con las que he tenido el privilegio de convivir durante quince largos años de mi juventud. Motivado por el convencimiento personal de que los eventos naturales pueden ser transmitidos desde una perspectiva diferente de la visión antropocéntrica habitual, en esta obra subyace no sólo la intención de contribuir a un mayor entendimiento sobre la ecología de la especie, sino además el propósito de generar a través de las historias de vida de las orcas, motivaciones que nos alienten a reencontrar un lugar de equilibrio en el frágil y complejo esquema natural de la vida en el planeta.

Porque al cabo de observarlas e interactuar con ellas durante gran parte de mi vida, a veces como cómplice afortunado de sus frecuentes juegos en la costa y otras como mero espectador agazapado tras las lomadas de la playa, creo haber comprendido que de esto trata en definitiva su mensaje, y espero en este libro haber sido capaz de contribuir a transmitirlo.

Lazos de afecto



“Te dicen que para obtener buenos datos científicos tienes que ser fríamente objetivo. Registrar con precisión lo que ves y, sobre todo, evitar todo sentimiento de empatía hacia tus sujetos. Fue una suerte que yo ignorara esas teorías durante mis primeros meses en Gombe. Ya que una parte considerable de mis conocimientos sobre estos seres inteligentes fue posible porque sí sentí empatía hacia ellos”. Dra. Jane Goodall

Tratando de resolver cuestiones técnicas en los comienzos de mi investigación, me acerqué a las orcas en el agua. Para mi sorpresa, las orcas del Chubut me ofrendaron no sólo su proximidad pacífica, sino también su amistad.

Sobrepuesto de mi asombro inicial, establecimos desde entonces un vínculo que transformó aquella búsqueda en otra que ha ido más allá de los límites de una investigación formal. Para mí ya no podía tratarse solamente de obtener datos y analizarlos a la luz fría del pensamiento lógico, sino más bien y ante todo, de buscar un eje de pensamiento que enhebrara mis hallazgos cotidianos en un sentido de mayor trascendencia.

Puedo decir que en todos estos años las orcas se convirtieron en mi familia del mar, y yo probablemente para ellas en el amigo humano de la costa. Y aunque esta forma de pensar pueda ser considerada ajena a los protocolos estrictos de la ciencia, la he alimentado con la certeza interior de que pudiera resultar en una contribución mayor para el mundo algún día.

En más de una década he llenado varios cuadernos con notas sobre diversos aspectos de sus vidas. Pero más importante que eso, hemos compartido amaneceres, atardeceres y noches de luna jugando con algas o chapoteando en la rompiente, instantes eternos que guardo en mi memoria. Y creo que ha sido justamente gracias a esos momentos que he encontrado algunas respuestas. Con otras me he tropezado. Juntas me han dado una comprensión mínima, fugaz, del lugar que las orcas y los hombres ocupamos en el formidable meccano de la vida.

Como el hombre, las orcas ocupan un lugar elevado en el esquema general de la vida en el planeta. A diferencia de nosotros hoy, sus comportamientos todavía giran en torno a las mismas necesidades esenciales sobre las que giraba la humanidad en el pasado. Una mejor comprensión de sus historias de vida tal vez nos aproxime a reencontrarnos con la nuestra, y finalmente creamos acertado comenzar a corregir el rumbo de nuestra existencia.

Mientras tanto, una cosa sabemos: las orcas y los hombres somos compañeros de viaje en un mundo donde todo está íntimamente relacionado. Y en este sentido, tal vez el vínculo que las orcas y yo establecimos signifique algo más que un ejemplo curioso de empatía entre dos especies diferentes. Quizá se trate ante todo de un símbolo que nos permita recordar que no estamos solos ni por encima de los otros seres vivos en el mundo. Que compartimos la misma casa, y que no podemos por lo tanto desentendernos de una verdad definitiva: lo que sea que le ocurra a cualquier ser vivo en el planeta, nos ocurrirá tarde o temprano a nosotros.

Roberto Bubas, enero de 2009



Roberto Bubas nació en Esquel, Provincia del Chubut, Patagonia Argentina, el 20 de agosto de 1970. Es Agente de Conservación de Áreas Protegidas Marino Costeras (Universidad Nacional de la Patagonia Austral), y Guardafauna del Área Protegida Provincial Península Valdés desde el año 1992. Actualmente se desempeña como Guardafauna Principal en El Doradillo, Área Protegida Provincial Península Valdés (Patrimonio Natural de la Humanidad – UNESCO 1999).

Trabajó con orcas en libertad durante 16 años, y es considerado por muchos especialistas en mamíferos marinos como una de las personas que más conoce sobre la especie en estado salvaje. Su proyecto de investigación “Monitoreo de población y estrategias de caza en Orcas de la Patagonia Norte” fue declarado de Interés por la Honorable Legislatura del Chubut, y becado por National Geographic Society y otras instituciones de prestigio mundial.

Conocido en el mundo por un particular vínculo con la población de orcas de la Patagonia Norte, su princi

 

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